lunes, 20 de febrero de 2006

Después de tantas vueltas... ya me voy regresando a los pagos, a la querida tierra argentina (más querida aún después de estar tan lejos)
Cuesta dejar La Paz, la corte de los milagros, ciudad donde todo se ha vuelto posible... bandadas de chicos persiguiendo niñas para empaparlas hasta el cansancio, combis y autos importados que circulan sinsentido por las calles hartas de autos, peatones que juegan la otra mitad del rol y circulan sinsentido por las avenidas esquivando a los sinsentidos coches, mamitas que abarrotan las calles con sus aguayos y sus miles de ofertas que van desde unos pancitos hasta un dvd, gringos, peruanos, argentinos, colombianos que circulan esquivando a todos los sinsentidos de la ciudad... o volviéndose una pieza más del rompecabezas. Jugos vitamínicos, chicharrones de cuero de cerdo, refrescos de quinoa, salteado de res, helados, pasancallas. Artesanías casi regaladas en todas las tiendas. Trenzas, gorros y faldas. Todo esta aquí en la ciudad de las maravillas, todo metido en este pozo sin fin que se observa desde El Alto, por debajo de las nubes, más allá del círculo de árboles... La Paz. Qué nombre tan poco acertado... aquí no se duerme.
Con tanta salsa y picante sin embargo cuesta irse, no encontré todavía la explicación.La próxima será desde Argentina, muy loco, no?


Besos
Anu