Hoy, primero de enero del año 2011, mi cuerpo se transforma. Jamás dejaré de ser un Búho. Sin embargo, más allá de mi alma Strigidae, se empieza a extender un cuerpo muy humano, difícil de diferenciar al de los ántropos comunes. Es curioso cómo se desarrollan las cosas. Al fin muchos tuvieron razón, o por lo menos una gran parte de ella. Y eso es relativo, subjetivo. Faltaba una pieza, que estaba guardada. La máquina finalmente hizo clic, y continuó su marcha, ahora completa. The soul, the body, and the mind, todos juntos, avanzando.
Este Búho es ahora un Antropo-Búho. Y, ya era hora, despliego mis alas con confianza y decisión. Aunque esta vez mi vuelo no será nocturno y solitario, sino que voy a desgarrar las luces del Alba con mi plumas. Observen, observen cuidadosamente cómo el Ántropo-Búho se despliega sobre las y tranquilas aguas del lago, imprimiendo su imagen y observando, muy atentamente, con paz en su ojos, el mundo que se abre ante mí. Las raíces quedaron bajo la tierra, ahora se ve el árbol. El Álamo. Y sobre sus ramas descansa un Búho.